Carlos Jesús Rodríguez Rodríguez
*Veracruz vive emergencia
*Jóvenes, los más afectados
*Desempleo e inseguridad
2017-10-30 / 17:31:27
LOS CÁLCULOS para encauzar precampañas de quienes aspiren a la Gubernatura del Estado no deben centrarse, únicamente, en el discurso sin sustento y, mucho menos, sin destinatario. La lucha por el poder –entendida como la seducción de simpatizantes- debe estar dirigida, primordialmente al sector de población que actualmente define quién pierde o gana una elección, y ello solo es posible si se analizan los números del Padrón Electoral del Estado cuya lista nominal es de 5 millones 745 mil 681veracruzanos, de los cuales, 2 millones 720 mil 141 son varones (47.34 por ciento del total) y el resto, 3 millones 025 mil 540 mujeres (52.66 por ciento). Partiendo de lo anterior, lo simplista sería –considerando que las féminas son mayoría- enfocar el discurso hacia todo aquello que les interesa, incluidas las activistas, entre otros temas: desterrar la violencia contra la mujer, mayor apertura de género en cargos de elección popular y administrativos, combate al acoso sexual en todas sus formas: laboral, político, religioso –porque al interior de los templos, también, ocurre-, transporte exclusivo para féminas y reformas legales que induzcan a mayor protección; por lo demás, tal vez enfocar el mensaje hacia una mejora en la calidad de vida de ese género, incluidos mejores precios en la canasta básica, vivienda, más guarderías para madres solteras o padres que trabajan, en fin, una serie de cosas que a las mujeres agradaría y que, sin embargo, enfrentan graves rezagos en esos rubros
PERO LA cosa no para allí. Un análisis serio definiría a qué grupo por edades conviene enfocar el discurso prometedor, independientemente de que todos los veracruzanos buscan escuchar mensajes convincentes, y en ese sentido, basta saber que la lista nominal concentra un gran número de jóvenes desatendidos, carentes de empleo, sin espacios de esparcimiento y, lo que es peor, sin oportunidades de desarrollo en corto o mediano plazo. De acuerdo con la lista nominal del Estado, 103 mil 357 ciudadanos son jóvenes de 18 años, esto es, el 1.8 por ciento del total; 126 mil 406 (2.2%) tienen 19 años; 693 mil 026 (12.06%) están entre los 20 a 24; 679 mil 382 (11.82%) andan entre 25 a 29 años y 590 mil 595 (10.28%) son de 30 a 34, mientras que 565 mil 999 (9.85%) frisan los 35 a 39 años. El resto rebasa los 40, esto es: 552 mil 768 (9.62%) tienen entre 40 a 44; 519 mil 143 (9.04%) alcanzan de 45 a 49; 461 mil 986 (8.04%) tienen entre 50 a 54; 388 mil 933 (6.77%) andan entre 55 a 59; 319 mil 121 (5.55%) de entre 60 a 64 y 744 mil 965 ciudadanos (12.97%) tienen 65 o más, lo que da un total de 5 millones 745 mil 681 personas en posibilidades de sufragar en la elección venidera.
Y SI el padrón está integrado, mayoritariamente, por jóvenes –hombres y mujeres-, uno se pregunta ¿Cuáles son las principales necesidades de ese sector de población, además de la seguridad que atañe a todos? De acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía y Estadística, en el primer trimestre del año –algo que no ha cambiado ni en el segundo o tercero-, los jóvenes de 20 a 29 años representan 41.5 por ciento del total de desocupados del País, que sumó 2.1 millones de personas. Esta tasa de desempleo juvenil fue la mayor en más de 11 años, ya que las cifras indican que alrededor de 887 mil 282 jóvenes no contaban con un empleo en ese periodo, número que revela la más grande proporción de muchachos desempleados al menos desde 2005, año en que inicia el registro de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), mientras que el desempleo entre jóvenes de 20 a 24 años es de 23.5 por ciento del total de desempleados de México (porcentaje que es mayor en el Estado). En el segmento de 25 a 29 años de edad corresponde el 18 por ciento de los desocupados totales. Otro 12 por ciento engloba a los desempleados de 15 a 19 años, de tal suerte que la situación laboral para el segmento de la población más joven del país abre otra problemática, ya que en el mismo lapso, seis de cada 10 jóvenes ocupados de 15 a 19 años trabajaron informalmente.
LO PEOR, y se vive en la Entidad, es que el desempleo entre jóvenes, sobre todo en el segmento de 21 a 24 años, corresponde a una cantidad importante de egresados de universidades públicas y privadas que no son absorbidos por el mercado de trabajo, y estar fuera del esquema de ley repercute en los salarios, pues 68 por ciento de los jóvenes percibió de uno a dos salarios mínimos o no recibió remuneración alguna. La precarización en las condiciones laborales que está generalizándose en todas las ramas de la actividad económica le está pegando particularmente a los jóvenes, y no sólo en los salarios, sino también con largas jornadas de trabajo y pocas prestaciones. Y dado que México es un País de jóvenes, al estar sin empleo se desaprovecha el bono demográfico y se afecta la productividad del país.
HACE POCO la diputada local priista, Janeth García Cruz, indicó que del total de desempleados que hay en Veracruz, el mayor porcentaje lo ocupa el sector joven de entre 20 a 29 años, que representa el 44 por ciento del total de desocupados en el Estado, y explicó que si se analiza ese mismo asunto por el nivel de instrucción educativa, el mayor porcentaje de desempleados lo ocupan los de nivel licenciatura, que equivale al 37 por ciento, esto es, infinidad de profesionistas que creyeron que por tener una carrera accederían fácilmente a la actividad laboral formal, simple y llanamente se dieron un tope en la pared. La tasa de desempleo entre la población joven creció desproporcionadamente en dos años, e incluso se habla hasta de 100 mil desocupados debido a los despidos en empresas como Petróleos Mexicanos, Comisión Federal de Electricidad, o en el comercio formal debido a cierres, entre otros, de prestadores de servicio: hoteles, restaurantes, pequeñas empresas e, incluso, ceses –alrededor de 20 mil- que se han perpetrado en oficinas públicas.
ES POR ello que el mensaje de los precandidatos a la Gubernatura debe dejar a un lado la confrontación para infiltrarse en las necesidades reales de una población, severamente, afectada por el desempleo y la inseguridad, como son los jóvenes de 18 a 39 años quienes al carecer de empleos, espacios u oportunidades de desarrollo se convierten en carne de cañón para la delincuencia. Basta de frivolidades. Veracruz vive una emergencia social, y será la población juvenil la que defina quiénes llenan sus expectativas en un mundo donde ya nadie cree en nadie. Así de simple. OPINA carjesus30@hotmail.com