Papás muy reales

BOSTON.- Un viejo boliche en las afueras de Boston sirvió como set para filmar una de las escenas más importantes de la película Guerra de pa­pás 2, que además de reunir a Mark Wahlberg y Will Ferrell, quienes trabajaron en 2015 en la primera entrega, suma a Mel Gibson y John Lithgow, quienes interpretan a los pa­dres de los protagonistas.

Desde las 10:00, hora local, los actores se reunieron en la locación, hablaron, recorrie­ron el lugar y jugaron con las bolas de boliche. De pronto el equipo de producción da la luz verde para ensayar y ellos toman sus puestos. En la esce­na, uno de los hijos de Dusty (Wahlberg) está tratando de tirar la bola, pero se le ve dé­bil. Su abuelo Kurt (Gibson) se acerca para darle una lección y decirle de paso que “debe tirar como hombre”, algo que incomoda a Dusty y desata una pelea entre padre e hijo.

Ante esta acción, resul­ta inevitable preguntarle a Gibson qué simboliza para él dar el salto del género del drama y la acción —donde se le ubi­ca más como actor y director— al de la comedia.

“Bueno, no lo sé. Hay muchos que di­cen que morir es fá­cil y que la comedia es difícil. Mira, para poder hacer reír a la gente hay que tener cierto don y creo que es algo intrínseco que tie­nen, por ejemplo Will (Ferrell) y Mark (Wahlberg). Yo ten­go que trabajar mucho más que ellos, pues honestamente ellos son más divertidos que yo. Somos actores y debemos trabajar en función de los per­sonajes y algo que me queda claro es el que debo trabajar más para alcanzar la comici­dad”, expresó en entrevista.

Ataviado como el abue­lo Kurt, un hombre madu­ro y seductor al que le gusta el peligro y que elige jeans, playeras pegadas que desta­can sus músculos y chama­rras de piel, a Mel Gibson se le ve relajado entre los cortes de escena, lejos de la imagen violenta que tuvo debido a los problemas con el alcohol y a sus relaciones tormentosas. El también director, padre de nueve hijos, procreados con tres diferentes mujeres, habla de su paternidad.

“La verdad es que hay muchas recompensas en ser papá, pero también hay cosas duras y se cometen muchos errores. He sido papá nueve veces y con el tiempo vas me­jorando, vas aprendiendo de tus errores, aprendes de todo lo que haces.

“Aquí interpreto a un padre disfuncional que tiene una re­lación muy disfuncional con su hijo y esto del boliche es lo más amigable que vamos a tener”, acotó el también gana­dor del Oscar.

Hablando de cosas emba­razosas que han hecho como padres, Wahlberg, quien re­gresa tras el éxito que registró la primera entrega en 2015, gracias a los 242.7 millones de dólares que recaudó a nivel mundial, hace una pausa para buscar en su cerebro alguna anécdota y sólo atina a decir:

“Seguramente he aver­gonzado a mis hijos en más de alguna ocasión, pero no de manera intencional. Creo que ha sido cuando les demuestro mi amor, cuando les doy un beso antes de que entren a la escuela y ellos creen que no es cool que tu papá te bese… Cosas así. Yo creo que ellos han de pensar: ‘déjame en paz papá’, y como que se voltean y ven a otro lado”, expresó el ac­tor, padre de cuatro hijos.

La relación que tienen en la trama Mel Gibson y Mark Wahlberg tiene su contrapar­te con la que tienen John Lithgow y Will Ferrell, a quienes se le ve darse besos de piquito en los tráile­res que Paramount Pictures lanzó en los últimos meses.

“Sabíamos que John sería perfec­to para interpretar a mi papá. Él es muy afable y amistoso. Creo que los dos amamos la vida, amamos la relación que tenemos como padre e hijo y eso hace contraste con la rela­ción que tienen Mel (Gibson) y Mark (Wahlberg), quienes re­sulta que son muy distantes”, expresó Ferrell, quien vestía jeans, una playera negra de cuello de tortuga y una cha­marra afelpada con un vena­do estampado.

Ante esta respuesta, John Lithgow (Winston Churchill en la serie The Crown) se sumó al hacer una comparación cine­matográfica entre la relación que en la pantalla tienen ellos con la que tienen Mel y Mark.

“ Esto es una gran combinación de dos padres e hijos… Es como si ellos fueran una espada y nosotros fué­ramos un helado… Es como si ellos fueran los Transfor­mers y nosotros fuéramos Mi pequeño Pony”, añadió Lithgow, haciendo reír a la gente cercana.

Sobre qué es lo mejor de ser padres, los actores, quie­nes tenían tras de sí la pista de boliche, se tomaron unos se­gundos para responder.

“Creo que en los esce­narios más amplios es muy bueno tener algo en tu vida que haya nacido de ti. Eso me impresionó la primera vez que tuve un hijo. Ahora él tiene 45 años, así que he tenido ese sentimiento desde hace mu­cho tiempo.

“Mi vida se ha visto marca­da por un tipo de, digámoslo así, sombra. De pronto tuve una sombra, una sombra de otro ser”, exclamó Lithgow, padre de tres.

“Creo que lo mejor de este viaje es sobrevivir a los retos diarios que vives día a día. Nunca es lo mismo, de ver­dad que no. Hay veces en que tienes buenos días y otras en que no tanto. Hay momentos de aprendizaje y en los que navegas entre distintas expe­riencias. Todo eso es muy re­tador”, acotó Ferrell, padre de tres y quien interpreta a Brad.

Guerra de papás 2 fue diri­gida por Sean Anders y com­plementa su elenco con la modelo brasileña Alessandra Ambrosio, Linda Cardellini, Owen Vaccaro, Scarlett Este­vez y Didi Costini.

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