(Foto: AFP)
Riad se vestirá de gala, pero no para un partido de futbol americano tradicional. El 21 de marzo de 2026, el eco de un regreso improbable resonará en el Kingdom Arena de Arabia Saudita. Se trata del retorno de la leyenda Tom Brady. Tras su retiro de la NFL en 2023, el quarterback más laureado de la historia ha decidido volver a calzarse unos tachones de futbol americano.
Brady, el hombre que convirtió el otoño de la NFL en su propio reino, ya no está bajo la presión de las defensas. En su lugar, se enfrentará a un reto diferente: el Fanatics Flag Football Classic. Será un torneo de fantasía, una mezcla de pasado y presente en el que la competencia es real, pero las tacleadas son simbólicas, representadas por un simple pañuelo arrancado de la cintura.
El evento, que forma parte de la serie Riyadh Season es un escaparate. Arabia Saudita, a través de su Autoridad General de Entretenimiento, está poniendo el foco en un deporte que se abrirá paso en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028. Y para ello, ha reclutado a las estrellas más grandes de ayer,de hoy y de siempre.
El césped del estadio saudí será escenario de un desfile de talento. Junto a Brady, el icónico Rob Gronkowski se reencontrará con su inseparable quarterback, evocando la magia que juntos crearon en Nueva Inglaterra y Tampa Bay. A su lado, la élite de la NFL actual: Christian McCaffrey, el motor de San Francisco, CeeDee Lamb, la explosión de Dallas, y monstruos defensivos como Myles Garrett y Sauce Gardner.
El drama se construirá bajo la tutela de cerebros legendarios del juego. Pete Carroll, que renueva sus bríos con los Raiders, regresará a la acción. A su lado, Sean Payton y Kyle Shanahan pondrán su sabiduría táctica al servicio de esta singular competencia.
Para los aficionados, el anuncio, inicialmente envuelto en un aura de misterio, fue una montaña rusa de emociones. La prensa, desde ESPN hasta The New York Times, especuló con un regreso a la NFL, un rumor que habría sacudido los cimientos del deporte. Pero al final, la verdad se reveló como algo más simple y a la vez más audaz: un evento único, una reunión de mitos y estrellas, todo orquestado por la visión de una liga que se sigue abriendo mundo. El juego ha cambiado, pero la leyenda de Brady sigue en marcha.
