Rúbrica… Van por el voto corporativo, Por Aurelio Contreras Moreno

Rúbrica
Van por el voto corporativo
Por Aurelio Contreras Moreno

El pilar sobre el que se ha sostenido el sistema político mexicano tal como lo
conocemos desde hace casi cien años es, sin asomo de duda, el corporativismo.
En su concepción original, consiste en un modelo de representación gremial en el
que el Estado interviene al darle la exclusividad de dicha representación a ciertas
organizaciones, particularmente sindicatos, forzando a los individuos a afiliarse a
éstos si querían trabajar.
A cambio, los sindicatos controlaban a sus miembros e impidieron que la lucha por
satisfacer sus intereses se diera fuera de los cauces establecidos por el propio
sistema.
Durante buena parte del siglo XX, dichas organizaciones fueron cooptadas por la
toma de decisiones gubernamental y estaban completamente ligadas al partido
oficial. Para aspirar a hacer carrera política en México había que ser priista y ser
impulsado por alguna organización o sindicato.
Si ha existido un sector poderoso en México, ése es el magisterio. Simplemente
por el hecho de ser el más numeroso del país. Y aun cuando ya no cuenta con el
monopolio de la afiliación, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación
(SNTE) sigue agrupando a la gran mayoría de los docentes que trabajan en el
sector educativo público. Lo que traducido a términos políticos, representa un
ejército electoral.
Por décadas, el SNTE fue uno de los principales aliados del PRI en el poder, así
como la representación más clara y cruda del corporativismo. Los docentes fueron
usados invariablemente como “carne de cañón” electoral, lo mismo para llenar
mítines que urnas. Varios de sus líderes hicieron largas carreras en la política. Y
no pocos, cuantiosas fortunas.
Fue Elba Esther Gordillo la lideresa más poderosa que ha surgido del magisterio.
Por años, manejó al sindicato como un feudo personal y como un arma de
negociación política. Fundó un partido con su estructura. Trabajó con cuatro
presidentes y mangoneó a dos, los panistas de la alternancia, que prefirieron
tenerla de aliada. Y creyó que podía hacer lo mismo con el priista Peña Nieto, que
le arrebató el SNTE y la metió a la cárcel.
Tras la caída de Elba Esther Gordillo, ninguno de los dirigentes del sindicato que
la sucedieron ha mostrado un liderazgo como el suyo. Pero el poder que confiere
tener cerca de dos millones de afiliados no ha declinado. Y como ha sucedido
desde que el PRI perdió su hegemonía, el SNTE busca acomodo en el bando del
espectro político que más le convenga. Hoy es claro que se alineó con Morena.
No puede interpretarse de otro modo el espaldarazo que el sindicato más grande
de América Latina le dio la semana pasada a los nuevos libros de texto gratuitos
elaborados por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, a través de un
posicionamiento público en el que se esgrimen consideraciones de tipo político y
no académico ni pedagógico para tal apoyo.

Según el SNTE, el debate y las críticas a estos materiales provienen de “sectores
de opinión, grupos políticos y facciones ideológicas” que “pretender usar la
coyuntura para atacar al Gobierno Federal y posicionarse con miras a las
próximas elecciones”.
En el mismo posicionamiento se exige que no se convierta a la escuela y la
educación pública en un “campo de disputas” y demandan a esos grupos -que no
identifican, usando la retórica demagógica característica del neopopulismo- que
“dejen en paz y libre de sus violencias a la educación”.
El pronunciamiento político del SNTE se dio a conocer un día después de que su
secretario general a nivel nacional, Alfonso Cepeda Salas, se reunió con la titular
de la Secretaría de Educación Pública, Leticia Ramírez Amaya, ella proveniente,
ironías de la vida, de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación
(CNTE), organismo disidente y antagonista del SNTE. Alianza antes impensable.
Hoy, una prueba más de como tragar sapos sin hacer gestos.
En Veracruz ya había quedado claro que el SNTE iría con Morena, dejando en el
baúl de los recuerdos su militancia priista. Las dos secciones sindicales que hay
en la entidad, la 32 y la 56, abiertamente están operando todas las malas artes del
corporativismo más ramplón para llenarle sus concentraciones públicas a Claudia
Sheinbaum, movilizando a los maestros con la complicidad y apoyo de la
Secretaría de Educación de Veracruz, cuyo titular, Zenyazen Escobar, también
quiere ser candidato.
No son iguales. Son idénticos.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras

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