Rúbrica
SEV: escupir para arriba
Por Aurelio Contreras Moreno
Vaya embrollo en el que están metidos en la Secretaría de Educación de
Veracruz, de donde no salen de una cuando ya están metidos en otra.
La SEV es una de las dependencias más importantes y sobre todo, más delicadas
de la administración estatal. Tanto por el enorme presupuesto que maneja –el
mayor de todas las secretarías de Veracruz- como por su número de empleados,
que incluye a todo el magisterio de la entidad.
Por esa razón, su manejo requiere no solo capacidad operativa para dirigir a un
verdadero monstruo en términos burocráticos, sino también de una singular
capacidad de interlocución con todos los sindicatos de maestros, que tienen
orientaciones e intereses variopintos.
La gobernadora Rocío Nahle decidió colocar al frente de esa sensible área a una
persona de toda su confianza: Claudia Tello, a quien el sexenio pasado promovió
dos veces para ser diputada federal por Xalapa –en donde sus electores, por
cierto, no volvieron a saber de ella luego de los dos comicios en los que participó-,
y el año pasado la hizo candidata de Morena al Senado, a donde llegó sin mucho
problema, superando en la elección a –ironías de la vida y la política- su hoy
“compañero de partido” Miguel Ángel Yunes Márquez.
Tello solo estuvo dos meses en la Cámara alta, pues a partir de diciembre se
incorporó al gabinete de Rocío Nahle, convirtiéndose quizás en la funcionaria más
cercana a la gobernadora de toda la administración estatal.
Probablemente por esa razón se sintió con la fuerza suficiente para hacer y
deshacer en la SEV. Pero en menos de medio año de funciones, ha quedado claro
que el cargo le ha quedado muy grande y ha provocado más problemas que
soluciones.
La filtración de la información sobre las empresas “fantasma” contratadas en la
SEV en el sexenio anterior, durante la gestión del actual diputado federal de
Morena Zenyazen Escobar, provocó un torbellino al interior del morenato en
Veracruz, pues el “golpe” no le dio únicamente al exsecretario de Educación, que
no pertenece a su grupo político, sino que evidenció la falacia de la supuesta
“honestidad” que pregona la autoproclamada “cuarta transformación” y su realidad
de altísima corrupción. Como la de cualquiera de sus antecesores.
Esa información salió de la propia SEV, lo que llevó a un encontronazo interno que
terminó con la salida de la oficial mayor colocada ahí por Tello –a quien “le
cargaron el muerto”- y hasta con un amago de la propia secretaria de renunciar y
regresarse al Senado. Al final, optaron por dejar que el tema se enfriara.
Pero ahora la secretaria está metida en muchos otros problemas, provocados por
su impericia y falta de oficio político, y que son mucho más difíciles de manejar
que una “grilla” entre grupos antagónicos dentro del mismo partido oficial.
Claudia Tello terminó enfrentada con varios de los sindicatos magisteriales del
estado luego de que les anunció el programa “Maestro al Aula”, con el cual
pretenden terminar con las comisiones en tareas administrativas de miles de
sindicalizados para que se vayan a dar clases frente a grupo, ante una reconocida
crisis de docentes en aula en las escuelas del sistema educativo estatal.
Sin duda, la medida en sus términos es justa. No solo por el déficit real de
maestros que impartan clases en los planteles de la entidad. Es sabido que
gracias a esas “comisiones”, miles de “aviadores” que ni maestros son y que
recibieron plazas magisteriales por favores políticos, sindicales o hasta sexuales,
solo cobran sin aparecerse siquiera en las oficinas administrativas. Práctica que
no cambió en el sexenio de Cuitláhuac García, como queda evidenciado, por
conveniencias político-electorales. Así que terminar con ello no pareciera mala
idea.
El problema es que han pretendido hacerlo sin un gramo de operación,
prácticamente como una orden a acatar. Y eso ha provocado una reacción de los
sindicatos, que finalmente han manejado esas concesiones como parte de su
margen de maniobra dentro de sus bases de agremiados. Son “conquistas”, de las
que se han beneficiado incluso organismos gremiales afines a la “4t” y por las
cuales, han apoyado sus candidaturas en los últimos años.
“Meter en cintura” a los maestros puede ser una tarea cuasi-imposible si se sigue
por esa ruta. Baste recordar las movilizaciones de hace una década contra la
reforma educativa promovida por el gobierno de Enrique Peña Nieto y que, en
realidad, buscaba algo similar: evaluar el nivel de los profesores y mejorar la
educación pública, algo a lo que muchos que están hoy en el poder se opusieron,
bajo los mismos argumentos que ahora los confrontan.
Tan mal está la cosa hasta nuestros días, que la misma gobernadora reconoció
este lunes que en Veracruz “somos el número uno en analfabetismo”, entre otras
cosas, porque no hay maestros en las aulas.
Es lo malo de escupir para arriba.
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