Rúbrica; Regina: diez años de impunidad y violencia perpetuada, Por Aurelio Contreras Moreno

Rúbrica
Regina: diez años de impunidad y violencia perpetuada
Por Aurelio Contreras Moreno
Recuerdo nítidamente el día que asesinaron a Regina Martínez. Me encontraba en
un concierto cuando un amigo mutuo me escribió para darme a conocer la funesta
noticia. La música se apagó en ese momento en mi cabeza y no hice más que
llorar el resto de la noche.
Los siguientes días fueron inenarrables. Sus amigos y conocidos del gremio y el
medio político y social al que daba cobertura con su trabajo periodístico pasamos
del estupor a la rabia, del dolor al reclamo porque el crimen no quedara impune,
que es precisamente lo que el gobierno quería que sucediera.
El inconmensurable cinismo del régimen de Javier Duarte de Ochoa –que para
entonces ya tenía a Veracruz vuelto un infierno de violencia- alcanzó uno de sus
niveles más siniestros con este crimen: primero se atrevió a enviar flores al funeral
de Regina; luego, “investigó” sin investigar nada y su procurador, Amadeo Flores
Espinosa, se inventó una historia inverosímil de supuesto “crimen pasional” y por
robo a manos de un malviviente –que muy convenientemente desapareció desde
entonces- no solo para cerrar el caso, sino para revictimizar y calumniar a la
periodista valiente e incómoda.
El relato inaceptable del gobierno de Duarte sobre el asesinato de la ex
corresponsal de Proceso en Veracruz Regina Martínez sigue siendo la versión
oficial del caso, que no ha sido reabierto a pesar de las promesas de las dos
administraciones estatales que ya le sucedieron e incluso de las del propio
presidente actual, quien conoció a la periodista.
Nunca se han investigado como posible móvil del crimen sus reportes
periodísticos publicados en el semanario Proceso, en los que dio cuenta en aquel
momento de presuntos nexos con el crimen organizado del gobierno de Fidel
Herrera Beltrán. El cuento del “novio malandro” y drogadicto continúa siendo la
“verdad jurídica” de un caso lleno de inconsistencias, complicidades y suciedad.
En diciembre de 2020, nuevos datos sobre la manipulación de la Procuraduría
duartista salieron a la luz en un reportaje publicado por el colectivo Forbidden
Stories, que si bien adolecía de varias inexactitudes en cuanto a nombres, cargos
y fechas, proporcionó el testimonio de una ex funcionaria relacionada directamente
con el caso: la ex titular de la Fiscalía Especializada en Atención a Delitos contra
la Libertad de Expresión (FEADLE), Laura Angelina Borbolla Moreno.
Borbolla afirmó que “en toda mi carrera nunca había visto una escena del crimen
tan alterada” al referir que, entre otras irregularidades, “la policía local había
aplicado una cantidad excesiva de polvo revelador y deterioró las huellas digitales
encontradas en los objetos de la casa” con toda intención. “No fue un accidente.
Revelar huellas correctamente se aprende en primer año de criminología y este
error no ocurrió solamente una vez”, señaló Laura Borbolla en ese reportaje.
A pesar del revuelo causado en ese momento y de las promesas del actual
régimen por reabrir el caso, el silencio lo volvió a envolver. Y así sigue hasta la
fecha, cuando están por cumplirse este jueves 28 de abril diez años del asesinato

que, bajo los parámetros actuales, además de constituir un ataque a la libertad de
expresión, bien se le podría considerar como un feminicidio. La violenta saña con
que le fue arrebatada la vida a Regina Martínez no deja lugar a dudas del odio
implícito.
Odio que hoy se reproduce, como entonces, hacia todo el gremio periodístico en
México, que sigue siendo el eslabón más débil y vulnerable en el entramado de lo
público, atrapado entre los intereses de los políticos –de todos los signos
partidistas- y el crimen organizado que, antes como ahora, han dejado de
diferenciarse unos de otros.
Han transcurrido diez años de impunidad y de una violencia contra los periodistas
perpetuada por la indolencia, la incompetencia y la complicidad, a pesar de lo cual,
el clamor de justicia permanece. No te olvidamos, querida Regina. Nunca te
podrán callar.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras

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