Rúbrica
Crisis municipales
Por Aurelio Contreras Moreno
Veracruz es un polvorín cuyas mechas de violencia se encienden prácticamente
todos los días, mientras el gobernador Cuitláhuac García está ocupado
entrometiéndose en el proceso electoral.
La semana pasada, la presidenta municipal de Acayucan, Rosalba Rodríguez,
apareció de manera sorpresiva en el noticiero radiofónico de Ciro Gómez Leyva
para denunciar lo que, de por sí, es de sobra conocido: que el crimen organizado
controla territorios y hasta gobiernos municipales en el estado de Veracruz.
La alcaldesa afirmó además que “el crimen organizado quiere entrar a Acayucan,
quiere tomar las riendas de Acayucan, aquí estuvo la alcaldesa de Sayula y
manifestó también como parte del hecho de que somos mujeres (gobernando), es
la manera que (grupos delincuenciales) tienen para actuar, a través de la
descalificación, de generar zozobra, de generar miedo y sumarle a esto, actos
violentos que prueban lo que nos están diciendo o nos mandan a decir de alguna
forma”.
Como ella misma lo mencionó, en meses pasados otra alcaldesa veracruzana, la
de Sayula de Alemán, denunció en ese mismo espacio una situación similar. La
respuesta del gobierno estatal en ambos casos, fue la descalificación y la
amenaza a las ediles con la destitución. En el caso de Rosalba Rodríguez, de
filiación perredista, Cuitláhuac García la instó a que “si no puede, renuncie” –él
mismo debería haber considerado eso desde hace mucho- para en su lugar
establecer un Concejo Municipal.
La inestabilidad en ése y varios municipios más del norte, centro y sur de Veracruz
tiene que ver con la operación de grupos criminales, sin duda. Pero también con la
incompetencia y la colusión de un gobierno que lo único que sabe hacer es echar
a otros la culpa de sus falencias y que ha provocado las condiciones para que la
situación se agrave.
Ahí mismo en la zona sur de Veracruz, en el municipio de Lerdo de Tejada
prácticamente no hay gobierno, pues la síndica en funciones de alcaldesa, María
Esther Arróniz López, está nulificada, como quedó evidenciado con el trágico
asesinato del joven Brando Arellano a manos de la propia policía municipal, misma
que de acuerdo con los padres de la víctima anda encapuchada en la vía pública y
se dedica a extorsionar.
¿Por qué no proceden a la desaparición de poderes en Lerdo de Tejada, donde ni
alcalde hay, pues el que fue electo está en la cárcel acusado de secuestro? Pues
porque es de Morena y ahí tiene intereses un integrante del grupo gobernante, el
presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, Juan
Javier Gómez Cazarín, principal responsable de ésa y otras crisis en municipios
de la entidad.
No bien estaba Cuitláhuac García descalificando a la alcaldesa de Acayucan
cuando un ex presidente municipal de San Juan Evangelista, otro municipio del
sur veracruzano, Andrés Valencia Ríos, era ejecutado a balazos, este mismo
lunes. La violencia está desatada en el estado, aunque quieran esconder los
hechos.
El gobernador casi echa espuma por la boca cada que se le expone la realidad de
Veracruz. Habla de “campañas” contra su gobierno y el del presidente Andrés
Manuel López Obrador; de “herencias malditas” de otras administraciones; y saca
cualquier excusa que se le ocurra, por absurda que sea, para intentar ocultar su
fracaso como gobernante.
Pero tarde que temprano, tendrá que pagar esas facturas.
Leña del árbol caído
Ahora resulta que la única que se fue “al agua” con los recursos del Tribunal
Superior de Justicia del Estado fue la defenestrada ex directora de Administración
Joana Marlen Bautista.
¿Y al primo Eleazar y otros que le metieron la mano a ese cajón, cuándo los
llaman a declarar?
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