Rúbrica… ¡Charros, charros!, Por Aurelio Contreras Moreno

Rúbrica
¡Charros, charros!
Por Aurelio Contreras Moreno

La iniciativa de reforma a la Ley Estatal del Servicio Civil de Veracruz es, sin
exagerar, un ataque frontal contra la libertad sindical y, por ende, contra los
derechos humanos de la clase trabajadora. El régimen que encabeza Rocío Nahle
pretende reinstalar un modelo corporativo que ya fue declarado inconstitucional y
que contradice tratados internacionales de la Organización Internacional del
Trabajo (OIT).
La propuesta –que originalmente suscribiría directamente la gobernadora, a lo que
al final no se atrevió y se la encargaron a un “patiño” de la bancada de Morena en
el Congreso local- busca eliminar la pluralidad sindical para que el gobierno
únicamente tenga que negociar con un sindicato por área. En otras palabras,
reinstalar la hegemonía del sindicato único, con la cláusula de exclusión incluida.
Ambas figuras fueron suprimidas por violar la libertad de asociación y el derecho
de los trabajadores a elegir libremente su representación. Pretender su regreso es
un retroceso histórico que coloca a Veracruz en la ruta del “charrismo” sindical,
ese sistema de control político que convirtió a los sindicatos en brazos dóciles del
poder en las mejores épocas del priismo omnímodo, sistema con el que el
morenato no solo tiene afinidad: le es consustancial.
La reforma también plantea trasladar las funciones del Tribunal de Conciliación del
Poder Judicial al Poder Ejecutivo, concretamente en la Secretaría del Trabajo.
Este movimiento, aparentemente administrativo, es en realidad un golpe a la
autonomía sindical. Significa que el gobierno, el patrón de los trabajadores
estatales, tendría la última palabra en los conflictos laborales. Sería juez y parte,
debilitando la independencia de los trabajadores y abriendo la puerta a la
persecución y aplastamiento de sindicatos incómodos. No es casualidad que se
hable de “destruir” sindicatos menores: la intención es clara, consolidar un
sindicalismo blanco que legitime e incluso que aplauda al régimen. Faltaba más.
El artículo 118 de la ley objeto de reforma privaría a los trabajadores no afiliados al
sindicato mayoritario de las prestaciones derivadas de las condiciones generales
de trabajo. Se trata de una violación flagrante al principio de igualdad, pues
condena a la exclusión a quienes decidan ejercer su libertad de asociación.
Además, contraviene el propio artículo 23 de la ley, que reconoce derechos
definitivos tras seis meses y 30 años de servicio.
La reforma no solo es inconstitucional: es profundamente injusta y arbitraria.
Incluso, hasta podría calificársele como muy de derecha, por la conculcación del
derecho de asociación de la base trabajadora, que se supone fue una bandera de
la izquierda histórica. Pero ya sabemos que a México y Veracruz en realidad lo
gobierna un priismo guinda ultraconservador.
Los especialistas coinciden en que la resistencia legal, aunque necesaria, no será
suficiente. El régimen apuesta a la apatía, la desunión y el temor de los
trabajadores. Por ello, la única salida es la cohesión sindical y la organización
colectiva. Más de 15 organizaciones ya han comenzado a reunirse para definir

  • acciones conjuntas y este viernes realizarán una marcha al Congreso del Estado
    para exigir ser escuchados.
    La reforma laboral que se pretende imponer en Veracruz es un intento de
    reinstalar un sindicalismo subordinado al poder político. Viola derechos humanos,
    tratados internacionales y principios constitucionales. Pretende devolver a la
    entidad al pasado del “charrismo” y del sindicalismo blanco, donde los sindicatos
    eran instrumentos de control y no defensores de los trabajadores.
    Y por supuesto que si la reforma pasa en Veracruz, lo que sigue es implantarla en
    todo el país.
    El gobierno de los peores
    El patán misógino que despacha en la Secretaría de Finanzas y Planeación
    debería tomar unas clasecitas de perspectiva de género. Y por supuesto, a él sí
    debería sancionársele por violencia política de género luego de ofender
    públicamente a la diputada Indira Rosales, a quien ni siquiera le contestó lo que le
    preguntó durante su comparecencia en el Congreso del Estado, ejercicio que así
    como lo blindaron los diputados de Morena, no tiene ninguna utilidad.
    Luego se preguntan por qué su jefa está en el último lugar nacional en el ranking
    de gobernadores.
    Email: aureliocontreras@gmail.com
    X: @yeyocontreras

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