Psicología, el truco detrás de Temu y Shein

No sólo los bajos precios, a veces irreales, atraen a los mexicanos a las plataformas digitales de compras. Aplicaciones como Shein y Temu ocupan estrategias psicológicas para mantener cautivos a quienes las utilizan, como ofertas, reembolsos, regalos y juegos que se aseguran de que visites la aplicación todos los días y adquieras cada vez más productos.

Las plataformas de productos chinos viven un auge en nuestro país, a tal grado que han desplazado las compras en comercios establecidos, lo que ha causado descontento entre empresarios, que han protestado por las prácticas desleales de venta y la falta de pago de impuestos.

Ante ello, el gobierno federal comenzó a aplicar a los productos importados, desde este año, un impuesto de 19% —compuesto por un 16% de IVA y un 3% de arancel a la importación—, sin importar el valor de los pedidos.

Pese a ello, los mexicanos siguen recurriendo a dichas apps para hacer compras, atraídos por los precios, que siguen siendo bajos, y la novedad, puesto que desde su celular pueden acceder a miles de productos que llegarán directamente hasta su puerta, muchos de los cuales no existen en las tiendas físicas.

Regalos para todos

Pero las ofertas no son el único gancho que emplean plataformas como Shein y Temu. Dentro de las mismas apps existen juegos con los que intentas ganar regalos y cupones de descuento, al alimentar mascotas o al regar cultivos digitales.

En Temu puedes entrar a La Granja o a El Acuario para intentar ganar dos regalos. En La Granja tienes que cosechar trigos y regar tus plantíos; en El Acuario tienes que alimentar y acumular peces. Te dan agua o comida diaria, pero cada vez es menos, así que tienes que invitar a personas a que descarguen la aplicación, eso te da mucho. Obvio, también puedes hacer compras, ésas siempre te dan mucha agua y comida”, cuenta Lucía, una usuaria.

Los juegos son muy básicos. Regar, alimentar, tirar dados, unir figuras iguales en una especie de memorama… sin embargo, cumplen con su función: asegurarse de que la gente entre a la aplicación varias veces al día, porque diferentes recompensas se entregan en distintos horarios; que los usuarios inviten a cada vez más amigos a descargar la app, y que vean los productos escogidos especialmente para ellos.

Y, al final, siempre está la opción que da más puntos para avanzar en la obtención de los regalos: comprar.

En tanto, hay dinámicas rápidas en las que puedes obtener de uno a ocho regalos, las cuales se centran en invitar a más personas a unirse a la plataforma.

La obtención de los regalos se dificulta según avanzas en los juegos. Al inicio, el agua y la comida para las mascotas fluye fácilmente y se avanza hasta 99.97 por ciento en la obtención de los regalos, pero es ese 0.03 por ciento final el que se convierte en una cuesta arriba que puede tardar meses.

Es por ello que en redes sociales como Facebook abundan los grupos de ayuda mutua, en los que usuarios de los juegos difunden sus links para que el resto los apoye para ganar sus regalos.

Expectativa vs realidad

Hugo Sánchez Castillo, jefe del departamento de Neuropsicofarmacología y Estimación Temporal de la Facultad de Psicología de la UNAM, explica en entrevista con Excélsior que no se debe confundir la adicción a las compras con el uso exagerado de este tipo de plataformas, que está directamente relacionado con cómo son diseñadas.

Eso tiene que ver con cómo los desarrolladores van generando ciertas expectativas en las personas… te ofrecen bonos, te dicen: ‘ganaste tres mil pesos, ya te ganaste mil 500, ya te ganaste dos mil’, y cuando tú le picas, lo más obvio es que hay ciertas cosas que tienes que seguir haciendo… entonces, te va generando expectativas”, explica.

Señala que esto es conocido como teoría de expectancia, en la que una persona actúa de cierta forma esperando que, tras realizar dicha acción, llegue una recompensa (reforzador). Esta estrategia, afirma, es muy usada en países asiáticos, como China, pero no es tan aplicada en nuestro país, donde pesan más las ofertas drásticas y los productos “milagro”.

Conforme está más cerca el reforzador, la expectativa que tenemos es muchísimo más grande, entonces eso significa que nos ponen una sensación de ansiedad… Ahí juegan un poco con esta expectancia, y nunca llega, y es parte de lo que genera esta permanencia en la plataforma; es decir, si tú estás en la plataforma y te faltan 10 sesiones, pues la verdad es que es más fácil que abandones la plataforma, pero si la plataforma te dice: ‘te falta sólo un punto para llegar’, pues te mantienes en la plataforma, por la cercanía.

Ahora, ¿cómo vas a alcanzar ese último punto de esa última sesión? Es ahí, donde viene la trampa, donde te ponen más elementos, te piden más tiempo… son formas en las cuales, juegan con la percepción sensorial, con las expectativas, para poder manipular nuestras decisiones en cuanto a la compra”, explica.

Mayra, usuaria de Shein de Mexicali, Baja California, explica que sí es posible ganar en los juegos.

Sólo juego uno y sí se gana. Es un poco tardado, porque tienes que estar invitando gente y así, pero sí se gana. Yo, por ejemplo, juego uno que es un perrito, hay que darle comida y, si compro cierta cantidad (de artículos), me dan cierta cantidad de comida para el perrito y hay más probabilidad de que gane más rápido.

No me dejo llevar tanto por estar compre y compre, que claro que es tentador, pero sí he conocido personas que compran y compran por recibir lo que necesitan para el juego”, relata.

Precios sobre todo

Pero, detrás de los juegos, los regalos y las recompensas, sigue estando el motivo primordial del por qué los mexicanos recurren a las plataformas de productos de origen chino: los precios.

El doctor en neurociencias Hugo Sánchez subraya que, por ejemplo, en la temporada navideña pasada, la gente buscó comprar regalos para sus seres queridos. “Buscan las opciones que estén más baratas, entonces, en este sentido, Temu y estas plataformas que vienen de otros países ofertan productos increíblemente baratos y eso también genera que las personas utilicen más su plataforma”.

Adriana Meléndez, usuaria de Coahuila, recomendó el manejo de estas plataformas con cautela, para no caer en el consumismo.

Todo eso está perfecto, pero, como cualquier cosa, se puede convertir en un vicio. Ellos (las apps) intentan que tú, obviamente, estés comprando la mayor parte del tiempo, te atiborran de mensajes, te mandan ofertas, te dicen que tienes premios o reembolsos, etcétera. La verdad, hay que tener mucho cuidado con eso, porque lo que quieren ellos es vender, ésa es su chamba”, resalta.

Ella explica que usa con frecuencia Temu y, en su caso, no ha tenido problemas, como cargos no reconocidos. “La mercancía te llega en las fechas en las que ellos te dicen, que son alrededor de 15 días, y, cuando hay un retraso, te mandan correos donde te explican… si necesitas el producto para una fecha específica, pides con tiempo y sí te va a llegar”.

Sin embargo, recomienda leer todos los comentarios sobre cada producto antes de comprar, ya que la gente expresa sin tapujos si el producto es bueno o no. Y, sobre todo, llama a los consumidores a no gastar dinero no planeado con tal de obtener productos gratis.

En contraste, Luis Villegas, también de Coahuila, no ha tenido buenas experiencias en la plataforma.

Compré unos gorritos para el frío, de esos materiales sintéticos que son malos; las imágenes que te muestran son para tratar de venderte un producto, para que te enamores por la vista. Parecen buenos, se ven bonitos, pero ya al tenerlos en la mano pierden su calidad”, explica.

Bombardero de ofertas 

Por económico, por novedoso, porque en las tiendas no hay lo que ofrecen en las plataformas y porque prácticamente hay una exposición indiscriminada de artículos, hay quienes aceptan recibir y comprar las ofertas que ofrecen plataformas de productos chinos como Temu y Shein.

Esta manera de ofertar artículos para que el comprador prácticamente los considere “necesarios” ya es considerada por algunos como un abuso, pues el comprador es prácticamente acosado con ofertas e incluso con obsequios.

Entrevistados coinciden en que han adquirido “gangas” y que por eso vuelven a entrar a las apps, pero las experiencias también han sido de decepción, por la calidad de los productos. Otros quedaron satisfechos, pero sí ven riesgo en la forma en la que constantemente les “bombardean” con ofertas y regalos.

Por ejemplo, Verónica H. asegura que le ha redituado comprar acrílicos y accesorios que requiere para su salón de belleza. Dijo que ha probado otras marcas y que no desmerecen las que adquiere en la plataforma Temu.

Comencé comprando paquetes pequeños y vi que me funcionaba, porque, a mayor volumen, el precio que consigo es bueno. En algún momento cambié la marca porque me equivoqué, y no me funcionó. Perdí, pero me di cuenta del error, volví a comprar y mi ganancia es buena”, afirma.

Verónica también compra maquillaje, brochas, batas y charolas que requiere para sus servicios de maquillista. Considera que le funciona que la aplicación le muestre nuevos productos, porque ha encontrado artículos que le sirven para su trabajo.

Por su parte, Antonio ha tenido sorpresas y decepciones con la plataforma de Temu y cuenta que ya hasta la eliminó de su teléfono, pero que aún así le aparecen anuncios pidiendo que regrese.

Ha adquirido productos que considera novedosos y que le funcionan, como rasuradoras, herramientas y accesorios para su automóvil, pero cuando compró un colchón inflable se sintió defraudado.

No lo usé de inmediato, pasaron como dos o tres meses y cuando lo usé me di cuenta de que estaba parchado… era como si ya lo hubieran usado y lo empacaron”, lamenta.

Nicolás ha comprado en Temu algunos productos, pero le han ofrecido “hasta coches, lo que no te imaginas”.

Te bombardean, te presentan productos, por ejemplo un teléfono, una cámara, zapatos, que en una tienda te cuestan el triple, entonces tú te enganchas, porque dices ‘es buena compra’”, reconoce.
‘Llegué a ser comprador compulsivo’

En una ocasión me gasté mi sueldo completo (2 mil 500 pesos) en comprar ropa y cosillas para la escuela. Eso fue cuando recién conocí la aplicación de Temu, hace un año y medio”, cuenta Derek Iván, de 18 años.

Muchos de los artículos que compré no se han roto ni descompuesto, están en buenas condiciones, o sea, no son de usar y desechar”, asegura.

En entrevista, el joven estudiante reconoce que, siendo trabajador eventual, conoció las aplicaciones de productos chinos. Entonces, sentía un impulso incontrolable por comprar en línea.

Sí, sí llegué a ser comprador compulsivo de Temu. En su momento, era demasiado barato, entonces, como que te van enganchando, por medio de puntos; yo pedía y pedía, cada semana”.

Recuerda que una vez que encontraba productos que llamaba su atención, en ese momento, la misma aplicación le recomendaba otros relacionados, entonces, “como que te va enganchando, y, cuando menos te lo esperas, en tu carrito ya tienes como tres mil o cuatro mil pesos en compras”.

Finalmente, asegura que lleva seis meses sin realizar compras en línea, toda vez que encontró una persona que revende varios de esos artículos. “Y es mejor, aunque cueste un poquito más caro, pero ya puedes ver los productos en físico”.

Mario, consumidor consciente

Lo que me molesta mucho de éstas plataformas es que enganchen, que mientan, por ejemplo, un reloj de mil pesos, te lo vende en 200 pesos, pero el envío te cuesta, “¡600 pesos!”, refiere Mario, un adulto de unos 45 años, quien también considera la entrega de regalos, los bonos y los reembolsos como un engaño. Hay gente que sí lo hace, pero yo a eso no le entro. Yo lo único que compro son cosas con descuentos, veo si me conviene, si lo necesito, si no, lo dejo pasar”, menciona.

Recuerda que su primera experiencia de compra en internet fue con mucho temor de que “las cosas no llegaran o llegaran mal… después, te vas animando… sientes la confianza de comprar más”.

Yo, la verdad, no me quiero hacer el diferente, pero no compro de manera compulsiva, soy un consumidor consciente”, asegura.

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