Miles de músicos podrían reclamar pagos si esta demanda por Hendrix prospera

Una demanda por derechos de intérpretes relacionada con los álbumes clásicos de Jimi Hendrix podría tener repercusiones mucho más allá del legado del guitarrista. De prosperar el caso, miles de músicos de sesión, coristas y exintegrantes de bandas podrían presentar reclamos similares en torno a contratos firmados décadas antes del surgimiento del streaming.

La disputa legal, presentada ante el Tribunal Superior de Londres, gira en torno a los tres álbumes de estudio que grabó The Jimi Hendrix Experience en los años sesenta: Are You Experienced, Axis: Bold As Love y Electric Ladyland. Estos discos, que incluyen temas icónicos como Hey Joe y Purple Haze, siguen generando ingresos en plataformas digitales más de 50 años después de su publicación.

Aunque Hendrix falleció en 1970, a los 27 años, su música sigue siendo rentable. Ahora, los herederos de su bajista Noel Redding y su baterista Mitch Mitchell buscan que se reconozca su derecho a una parte de los ingresos generados por estas grabaciones en plataformas como Spotify y Apple Music.

Reclamos por contratos firmados antes del streaming

Redding y Mitchell murieron en 2003 y 2008, respectivamente. Sus herederos cedieron los derechos que pudieran tener a dos empresas, Noel Redding Estate Limited y Mitch Mitchell Estate Limited, que en 2022 demandaron a la disquera ante un tribunal británico.

Los demandantes argumentan que los contratos firmados en los años sesenta y setenta no preveían las formas actuales de explotación digital. Su abogado, Simon Malynicz, sostiene que los acuerdos originales no contemplaban un modelo de negocio basado en plataformas de streaming, por lo que no deberían aplicarse a este tipo de ingresos.

“Los acuerdos de los años sesenta y setenta simplemente no se extienden a los modos radicalmente diferentes de explotación digital que sustentan el modelo de negocio actual”, señaló en los documentos entregados al tribunal.
Un precedente que inquieta a la industria musical

La demanda ha generado inquietud en la industria musical. En documentos judiciales, la defensa advierte que si el tribunal falla a favor de los herederos de Redding y Mitchell, el caso podría sentar un precedente que pondría en riesgo miles de contratos firmados con músicos en la segunda mitad del siglo XX.

“La posición de las empresas demandantes implica que los acuerdos realizados con prácticamente todos los artistas de los años sesenta y setenta, desde los Beatles hasta la Filarmónica de Berlín, serían vulnerables a ataques retrospectivos”, escribió Robert Howe, abogado defensor.

Según esta interpretación, artistas que participaron en grabaciones hace más de medio siglo podrían reclamar compensaciones por el uso de esas obras en entornos digitales que no existían en el momento de firmar sus contratos.

Implicaciones para el modelo actual de ingresos

Por ahora, el juicio sigue su curso en Londres. Su desenlace podría tener implicaciones profundas en cómo se reparten los ingresos del streaming en la industria musical global. El caso Noel Redding Estate Limited & Mitch Mitchell Estate Limited v. Experience Hendrix, L.L.C. representa una disputa legal que podría impactar de forma significativa los principios contractuales de la industria musical en la era digital.

La defensa se basa en el argumento de que los contratos firmados por Redding y Mitchell en los años sesenta ya incluían una cesión total de derechos sobre sus interpretaciones, y que estos acuerdos siguen siendo válidos aun en nuevos formatos de distribución. Sin embargo, los demandantes alegan que, al no haberse previsto el streaming, los contratos no otorgan a la disquera el derecho a explotar esas grabaciones en plataformas como Spotify o Apple Music.

Este debate se inscribe en un contexto de creciente presión sobre las disqueras por parte de intérpretes y músicos de sesión que han visto cómo sus grabaciones siguen generando ganancias sin que ellos reciban compensaciones proporcionales. En 2021, un informe del Parlamento Británico sobre economía del streaming concluyó que solo el 16% de los ingresos generados por esta vía terminan en manos de los artistas.

El informe recomienda revisar los contratos históricos y mejorar las condiciones de reparto para músicos no titulares de derechos de autor, como los intérpretes y músicos de sesión.

Según datos de la British Phonographic Industry (BPI), solo en el Reino Unido, más de 500 millones de reproducciones se contabilizan mensualmente para obras publicadas antes de 1980, lo que evidencia el valor económico continuo del catálogo de décadas pasadas.

Esta cifra pone en relieve la importancia de establecer si los contratos antiguos deben adaptarse a los nuevos modelos de negocio digitales.

La resolución del caso podría establecer un precedente jurídico que abriría la puerta a miles de reclamaciones similares, afectando no solo a disqueras, sino también a plataformas de streaming y a los actuales titulares de derechos de reproducción.

La decisión del Tribunal Superior de Londres es seguida de cerca por organizaciones de gestión colectiva como la Musicians’ Union en Reino Unido y por agrupaciones internacionales que abogan por una remuneración justa para músicos intérpretes.

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