¿Quién no ha cantado, alguna vez en su vida, el estribillo “y me estarás llamando / cada 20 de abril”?, del tema Me vas a echar de menos, famosa en la voz del inmortal José José y autoría del icónico Rafael Pérez Botija?
Lo hayas hecho o no, hoy queda como anillo al dedo en el marco del Día Internacional de José José, la cual sonará, entre otros lados, en el Parque de La China en la colonia Clavería, donde el Príncipe de la Canción nació, creció y donde tiene una estatua.
Me vas a echar de menos apareció en el espectro musical en 1985 en la voz de José José y se convirtió en un himno al desamor, ya que, en la letra, un hombre le manda un mensaje a una chica diciéndole que lo va a extrañar cuando sea abrazada por alguien más e, incluso, en algún momento, le cambiará la suerte y todo le saldrá mal, sentenciando “y me estarás llamando cada 20 de abril”.
“El 20 de abril salió solo. Estaba escribiendo la letra y necesitaba una fecha sonora y me pareció una fecha que suena bonito, nada más, nunca me imaginé que se convertiría en algo como lo que es hoy.
“Simplemente, de repente, eso me vino por inspiración, me vino esa fecha como fecha bonita, sonora. Y ahí quedó. Y nada, ni me lo imaginé”, dijo con una sonrisa el compositor en entrevista con Excélsior.
Originario de Madrid, España, el compositor dio al mundo temas como Gavilán o Paloma, La gata bajo la lluvia, Veleta, Ya no, Preso, Payaso o Heridas, entre muchas otros, y con ellos las voces de José José, Dulce, Rocío Dúrcal, Lucero, Julio Iglesias, Enrique Iglesias y Cristian Castro pasaron a la historia y al olimpo de la música, de esa que se arraiga en el cerebro y en el corazón.
“Trabajar con alguien grande es una cosa maravillosa, porque cuando alguien llega arriba, no es por casualidad. Es que algo tienen dentro y tienes que ponerte cerca para disfrutarlo, para admirarlo y para apoyarles y para estar ahí. Y bueno, yo tuve la suerte, también he trabajado con algunos artistas que no han funcionado, pero he trabajado con muchos artistas que sí han funcionado y en eso sí que he tenido mucha suerte.
“Mucha suerte, mucha suerte he tenido. Y además, encima he tenido la suerte que casi todos han sido gente muy agradable de trabajar”, agregó el compositor con la sencillez que caracteriza a quienes saben de su talento.
Pero sin duda, para el español, uno de los artistas con los que más disfrutó trabajar y que extraña mucho es José José. Un hombre que, en sus palabras “hubiera podido ser cura por la forma que tenía de hablar”.
“Era muy joven y es una pena. El trabajar con él en el estudio fue maravilloso, era un tipo de una humanidad. Hay gente que puede pensar que esa humanidad era su rol, y él era así, cien por cien. Se preocupaba por toda la gente que le rodeaba y veías, era un tipo de grandes sentimientos y muy, muy humano. Un ser excepcional.
“Y tiene una cosa que a mí me impresionaba, que es qué bien hablaba. Y le decía ‘Pepe, tú te has equivocado de carrera, tú tenías que haberte metido en el seminario y ahora serías Papa’. Me gustaría haberle visto en una misa diciendo un sermón. Hubiera sido maravilloso. Tenía una voz muy linda, no sólo para cantar, tenía una voz muy linda y una cabeza igual de linda”, explica el productor que le hizo varios discos al Príncipe de la canción.
Con cada palabra que trae de vuelta los recuerdos, el maestro deja ver la sencillez que es como persona. Sabe que sus canciones son parte de la historia de la música en español, y haber trabajado con José José es una de las experiencias que más valora en
la vida.
“Trabajar con él… es que lo ponía muy fácil, porque en realidad, le estabas ahí para ayudarle, no para decirle lo que tenía que hacer, ni mucho menos. Era al revés, había que apuntar lo que él te decía porque era un buen aprendizaje.
“Le aprendí de todo, porque siempre tenían sus comentarios sobre lo que hacíamos, sobre las canciones, siempre tenían algo que demostraba su gran sabiduría, y pues, bueno, cuando estás cerca de una persona de esa talla es difícil que no se le caiga algo que puedas escribir y apuntarte para leerlo de vez en cuando”, compartió.
El comienzo
Su andar dio inició una noche después de cenar en casa de su mamá de regreso al dormitorio de su universidad, mientras caminaba con muletas, ya que se había fracturado una pierna mientras esquiaba —aún lo hace. En su andar iba tarareando una canción que no existía.
“Llegué al sitio, lo apunté y de repente pensé ‘pues voy a intentar dársela a algún cantante que la cante porque esto igual tiene algún valor’ y así fue. Y se la di a unos cantantes y funcionó. Y de ahí en adelante dije ‘oye pues, esto puede ser interesante”, recordó.
El autor se forjó en una época cuando el romanticismo, las buenas costumbres y la tradición imperaban en la sociedad y el compromiso con un oficio era algo serio que, finalmente, permitió forjar carreras tan sólidas como las del español.
“Nosotros vivíamos en un mundo mucho más romántico. No sólo de canción de amor, ni de tal, sino las cosas que se hacían por romanticismo, por puro romanticismo. Y eso lo impregnaba todo, impregnaba la música, la literatura.
“Y hoy día pues todo es más seco, más lineal, más… o así lo percibimos los de 75 años como yo. A lo mejor no es justo, pero lo siento así. Y echo de menos lo antiguo, de igual forma que los de ahora me echarán de más a mí”, señaló.
Y si bien le tocó vivir la evolución de la tecnología en la industria musical y se tuvo que ir adaptando a los avances, está convencido que, si bien el streaming ha puesto al alcance de todos la obra de muchos, las cosas han cambiado.
“Lo que ha hecho es ponernos a nuestro alcance todo lo que antes teníamos que hacer para alcanzarlo y eso, de alguna forma, ha quitado valor a las cosas, a la música, lógicamente, porque imagínese qué valor tendría la fruta si nada más tienes que abrir una llave en tu casa y aparece la fruta y además dices ‘no, quiero peras, ¡pumba! están las peras de estas, de las otras, de las demás… No, pues ahora manzanas, no, pues hay… ¡Hala, venga!’, perdería valor la fruta.
“Yo creo que con la música ha pasado un poco eso, que se ha devaluado… justamente, es decir, no me parece mal, simplemente que la ha devaluado la historia, no la ha devaluado nadie. La tecnología ha aparecido, no podemos vivir sin ella, pero tiene sus ventajas y sus inconvenientes y uno de esos es esa devaluación.
Hace 15 años, cuando tenía 60, Pérez Botija decidió que era momento de retirarse de hacer música de manera comercial, sin embargo, sigue componiendo para él, en su estudio, ese refugio antibombas, como él lo llama.
“Es el refugio. Si los hay que hacen un refugio antiatómico, yo ya lo tengo. Hago música para mí y ya está, y me lo paso muy bien, la verdad. Me retiré hace 15 años ya, me retiré de la pelea por hacer discos de éxito. Una pelea dura.
“Pero no me retiré de hacer música y no creo que me retire nunca”, concluyó.
