CIUDAD DE MÉXICO.- El café no suele ser compañero del rock. Lo es para Interpol. Una botella de vodka se asomaba tras bambalinas, intacta, sin degustar por los paladares de Paul Banks, Daniel Kessler y Sam Fogarino. Acababan de anunciar, a nivel mundial, Marauder como su sexto disco de estudio, y lo hicieron desde la Ciudad de México. Nada de caras largas, pura buena vibra. Kessler interrumpía de pronto su palabra en una charla para escuchar cómo 50 fans gritaban el nombre de su banda afuera.
Todos ellos esperaban que los tres se asomaran por el balcón o salieran a firmar sus viniles, rodeados por federales, barricadas y camiones de seguridad que resguardaban la Secretaría de Gobernación de los maestros de la CNTE plantados a lo largo de dos cuadras en Bucareli.
Fogarino usaba su celular conectado a la corriente y Banks…, Banks es un hombre poco serio en las entrevistas, interesante en sus intervenciones, pero parlanchín con su asistente. Una estrella elegante que, para una sesión de fotos exclusiva para Excélsior, se dejó querer por la lente y tomó su lugar en medio a petición nuestra.
“¡Oh, no! Siempre me pasa lo mismo”, gritó Kessler al verse desplazado por Banks, hablando en español, recordando, quizá, aquella época que vivió durante su adolescencia en esta caótica ciudad. Toda acción fue grabada. Tenían marca personal, porque esta visita de ayer a la CDMX también fue aprovechada para grabar el clip de The Rover, el primer sencillo de su disco, a la venta el 24 de agosto.
Un bebé que esconde misteriosos personajes, concebidos por Paul Banks y su imaginación durante periodos de descanso en la playa, de viajes por carretera, de estancia en lugares rodeados por la naturaleza y durante la gira de los 15 años de su primer álbum, Turn on the Bright Lights (2002).
“Vino… como sucedió con el primer disco, que algo venía con la letra. Así que ese merodeador es una especie de personaje que aparece en algunas de las canciones, las cuales lo mencionan. Hay otros seres que aparecen en este álbum; sin embargo, el merodeador tiene, especialmente, una presencia constante. Fue una manera de extraer un elemento de todo el disco y ponerlo como representante para combinar el arte que hemos hecho para este álbum”, explicó Banks en conferencia.
Arriba del inmueble de la colonia Juárez, 100 fanáticos presenciaban la charla de los neoyorquinos. Todos invitados por Spotify y en representación de miles de mexicanos que han hecho de Interpol un hito en la vida de esta ciudad, desde hace tres lustros.
El merodeador apareció también en la presentación. Se acercó a Paul, algo le dijo, lo miró a los ojos y se fue. Banks lo siguió con la mirada y Fogarino y Kessler prefirieron seguir hablando de su batería y la experiencia de aislarse junto a Dave Fridmann.
“Estábamos en uno de los lugares más fríos de Estados Unidos, la nieve caía cada cuatro minutos. Tan pronto como las calles se limpiaban se volvían a pintar de blanco. Fue una sensación de estar atrapados en la carretera por tres días y volver a la escena del crimen”, contó Kessler.
“Básicamente, estuvimos en el sótano de una zona residencial y la batería era un escándalo, ya saben, siempre es un ruidero el instrumento”, agregó Sam.
Un encuentro muy breve, pero que fue la envidia mundial. Tan pronto como se acabó la charla, siguieron con las entrevistas. El ritmo era tranquilo, no se llevaba prisa, bueno, un poco, sí, porque la banda presenta hoy en el The Late Show with Stephen Colbert su nuevo sencillo, totalmente en vivo.
El video se terminó de grabar, pero no hubo tocada ni anuncio de un próximo regreso de Interpol a la Ciudad de México. Aunque no tardará, pues las 13 canciones que incluirá Marauder son un regreso potente de la banda que, junto a The Strokes, dio un paso más allá en lo que se conoció como el indie-rock o revival garage y que hoy simplemente es rock, “una explosión”, describió Banks.
