El café que millones de mexicanos beben cada mañana acaba de entrar en una nueva etapa. Este día se publicó en el Diario Oficial de la Federación una ley que reordena y fortalece al sector cafetalero nacional, al establecer por primera vez un marco jurídico integral para toda la cadena productiva: desde el cultivo del grano hasta la calidad del café que llega a la taza.
La nueva legislación reconoce al café como un producto estratégico para la soberanía alimentaria del país y busca corregir desequilibrios históricos que han afectado principalmente a las y los productores, el eslabón más vulnerable de la cadena. La ley apuesta por un mercado más transparente, con reglas claras y con información accesible para quienes trabajan la tierra.
El café es, por primera vez, reconocido como un producto estratégico para la soberanía alimentaria de la nación, y esta ley ordena toda la cadena, desde la producción hasta la calidad del café en la taza”, afirmó Julio Berdegué, secretario de Agricultura, al destacar el alcance del nuevo marco jurídico.
Un sector clave con rezagos históricos
México es uno de los principales productores de café del mundo, con más de medio millón de familias cafetaleras, principalmente en Chiapas, Veracruz, Oaxaca y Puebla. A pesar de su peso social y ambiental, el sector ha enfrentado por décadas precios volátiles, fuerte intermediación y una profunda asimetría de información que ha limitado el ingreso de los productores.
La ley establece beneficios directos para las y los cafeticultores al ordenar la cadena productiva y reducir esas asimetrías. Se busca que el productor tenga, por fin, acceso a datos confiables sobre precios, costos y mercados, elementos clave para mejorar su posición en la comercialización.
Queremos que el productor pueda negociar con mayor claridad, con transparencia, con información real sobre costos de producción, márgenes y precios internacionales”, subrayó Berdegué, al explicar que la intención es equilibrar una relación históricamente desigual.
Pago por calidad y sostenibilidad ambiental
La legislación también impulsa el pago por calidad, incorporando factores ambientales y culturales, y dará preferencia a quienes produzcan café de manera sustentable, bajo prácticas agroecológicas desarrolladas por comunidades campesinas a lo largo de generaciones.
Una parte significativa del café mexicano se cultiva bajo sombra, en sistemas agroforestales que conservan biodiversidad, suelos y agua. Sin embargo, estos beneficios rara vez se reflejan en el precio. La nueva ley busca revertir esa lógica, alineando sostenibilidad ambiental con valor económico.
La protección ambiental es uno de los ejes centrales de la reforma. Se fomenta explícitamente la cafeticultura bajo sombra y los sistemas tradicionales agroforestales, considerados clave frente al cambio climático y la degradación ambiental.
Vamos a posicionar al café mexicano como un producto sostenible, con identidad territorial, reconociendo lo que aportan las comunidades cafetaleras al cuidado del medio ambiente y de la vida”, señaló el titular de Agricultura.
Nuevas instituciones y reglas para un mercado más justo
En el ámbito institucional, la ley crea la Comisión Nacional para el Desarrollo de la Cafeticultura, un espacio de coordinación entre el gobierno federal, productores, industriales, torrefactores y comercializadores, donde se definirán políticas públicas, normas, estrategias de calidad y necesidades de capacitación.
Hasta ahora, el sector carecía de una instancia permanente de articulación. La dispersión de decisiones y la falta de coordinación habían limitado el impacto de los programas públicos. La nueva comisión busca convertirse en el eje rector de la política cafetalera nacional.
La legislación también contempla la creación de un Sistema Nacional de Información de la Cafeticultura, con datos actualizados sobre:
- Clima
- Precios
- Producción
- Costos
- Mercados
- Importaciones y exportaciones
sta información integrará datos del INEGI, la Secretaría de Agricultura, universidades e instituciones científicas.
Uno de los instrumentos más relevantes será el Comité de Seguimiento de Precios, que publicará precios de referencia —no obligatorios— construidos con base en costos reales, márgenes de comercialización y precios internacionales, una demanda histórica de las y los productores.
La falta de información ha sido uno de los principales factores de vulnerabilidad para los cafeticultores. Los precios de referencia buscan ofrecer una señal clara del valor del café y fortalecer la capacidad de negociación en el primer punto de venta.
La ley establece estudios obligatorios en cada ciclo productivo para alimentar estos sistemas e identificar prácticas de mercado que afecten al productor, las cuales serán documentadas y hechas públicas.
El objetivo final es un mercado más justo y equilibrado en toda la cadena, desde las comunidades cafetaleras hasta el consumidor final. La aprobación de la ley fue impulsada por legisladores de estados cafetaleros, entre ellos la senadora Susana Harp, de Oaxaca, y el senador Manuel Huerta, de Veracruz.
La sacudida al café mexicano ya comenzó. Y su impacto se sentirá en el campo, en el mercado y en cada taza que se sirve cada mañana.
