(Foto: AFP)
Se suponía que el juego iba a ser cerrado. Alemania y Eslovaquía llegaron a la última jornada de la Clasificatoria en Europa con la misma cantidad de puntos y el boleto del primer lugar de grupo, que daba el pase al Mundial, en el aire.
Pero la historia de Alemania es demasiado grande y pesada, todavía en estos tiempos. Jugar contra ellos en Leipzig, Munich o en cualquiera de sus ciudades es retar al pasado y a un presente que sigue siendo demoledor. Alemania no tuvo tiempo para las dudas y aplastó a Eslovaquía 6-0 con lo que se trasladará en junio a nortemarica para jugar otro Mundial más, claro, como siempre con el rótulo de favorito.
Les bastaba el empate para acceder a la Copa del Mundo, sin embargo, Alemania no se anda con suspicacias ni rodea sus tareas. Los chicos de Jules Nagelman aplastaron desde el primer tiempo con una ventaja de cuatro goles.
Nick Woltemade, Serge Gnabry y un par de Leroy Sané pusieron la noche en cámara lenta para los eslovacos que no supieron cuándo les había pasado el torbellino.
Alemania, que no falta desde Brasil 1950 selló su participación en su vigesima Copa del Mundo, un torneo qe conoce desde sus entrañas y que ha ganado en cuatro ocasiones: 1954, 1974, 1990, 2014.
Además, regresa a Norteamérica con la revancha en los labios, deseosos de cambiar los funestos resultados con una nueva generación de jugadores, pues en Rusia 2018 y Qatar 2022 no pasaron de la fase de grupos.
