«Vida digna un derecho humano para todos», titula su comunicado la Arquidiócesis de Xalapa en el cual señala que en México viven millones de personas excluidas del desarrollo y sin probabilidades reales de ingresar porque quienes han detentado el poder económico y político no han logrado crear las condiciones adecuadas y suficientes para superar la pobreza, afirmando que los pobres son cada vez más numerosos, víctimas de determinadas políticas y de estructuras frecuentemente injustas.
Se debe anteponer, con la fuerza del alma, el interés común a los intereses personales. Solo así los problemas de inseguridad, pobreza y corrupción de la sociedad actual podrán encaminarse por los caminos que conducen a la justicia y la paz. La perseverancia en la búsqueda del interés común para configurar una sociedad solidaria ayudará a evitar los pretextos personales e institucionales que justifican la falta de compromiso y solidaridad con los más desposeídos. La búsqueda del bien común, con su correlativo compromiso personal e institucional, irá acrecentando el anhelo de una sociedad justa y solidaria que pueda integrar, en el desarrollo integral, a los que han sido marginados y empobrecidos por la indiferencia e insensibilidad de los que pueden ayudarlos a superar todo tipo de pobreza.
El capítulo 10 de San Mateo nos ha señalado la fuente de inspiración para vivir en favor de los más necesitados y, ahora de manera puntual, los obispos mexicanos nos indican, en su Carta Del Encuentro con Cristo a la solidaridad con todos, la dirección luminosa para incidir y promover un cambio concreto para nuestra sociedad mexicana: “Una vida digna es derecho de todo ser humano. En México, el tema reviste particular urgencia por la situación deplorable en la que viven millones de hermanos, excluidos del desarrollo y sin probabilidades reales de ingresar a él. Quienes han detentado el poder económico y político no han logrado crear las condiciones adecuadas y suficientes para superar la pobreza: De hecho, los pobres son cada vez más numerosos, víctimas de determinadas políticas y de estructuras frecuentemente injustas” (Número 307). La vida digna como derecho humano será una realidad en nuestra patria, en Veracruz y en Xalapa, sólo con la condición de que vivamos la fuerza del Evangelio en cada situación en la que vivimos cotidianamente.
Fuente: Agencias/xeu
