(Foto: Reuters)
Ya se sabe: Luka Doncic aterrizó en Los Ángeles con la presión inherente a cualquier superestrella traspasada para cambiar el destino de una franquicia histórica —y en sus primeros cinco partidos con los Lakers de Los Ángeles de esta temporada ha entregado un arranque que obliga a mirar los libros: 200 puntos en esos cinco juegos, cifra que lo ubica junto a los arranques más prolíficos en la memoria de la NBA.
Inició la campaña con 43 unidades contra los Guerreros, siguió con 49 ante los Timberwolves. Después, se perdió tres juegos al hilo contra los Reyes, los Trail Blazers y los Wolves, seguido de 44 puntos contra los Grizzlies y 29 ante el Heat. Nueva ausencia contra los Blazers y anoche, contra los Spurs, 35.
Según la NBA, los jugadores con más puntos en sus primeros cinco juegos han sido Wilt Chamberlain, en 1961, con 256. En 1962, otra vez Chamberlain, con 264 puntos. En 1986, Michael Jordan anotó 197 puntos. Y anoche, Doncic llegó a los 200 puntos en sus primeros cinco presentaciones de esta temporada.
Así, el impacto de Doncic se mide en consistencia y versatilidad: promedios cercanos a los 40 puntos por partido, dobles figuras en asistencias y rebotes y actuaciones decisivas que han empujado a los Lakers a un comienzo de temporada notable, con récord de 7-2, mientras el equipo asume los cambios tras el movimiento de mercado que lo trajo desde Dallas. Esa combinación de volumen anotador y creación de juego es la que distingue un fenómeno de una buena racha.
Comparar a Doncic con los grandes exige contexto. Wilt Chamberlain, en la era de los años 60, firmó temporadas con promedios inimaginables hoy (50.4 puntos por partido en 1961-62) y dominó con registros que todavía asombran. Jordan, en 1986-87, ofreció una temporada de altísimo voltaje que también dejó arranques impresionantes.
Esos nombres son la referencia obligada cuando se evalúa cualquier inicio de campaña fuera de lo común.
La lectura prudente: 200 puntos en cinco juegos es una marca sobresaliente —especialmente en la liga actual, más defensiva y física— pero el verdadero juicio llegará con el paso de las semanas: sostenibilidad, capacidad para distribuir el balón y el efecto neto en victorias de equipo.
Por ahora, Doncic ofrece espectáculo, números y la promesa de que Los Ángeles podría estar ante una nueva era cuyo pulso se escribe en noches de 40 puntos.
