Política arancelaria desafía a México: Retos y oportunidades en el marco del T-MEC

El gobierno de Estados Unidos ha anunciado la implementación de diferentes aranceles a México, incluyendo productos como el acero, aluminio, cobre, autopartes o tomates. Pese a la afectación que pueden representar dichas medidas, nuestro país conserva cierta ventaja en comparación con otras regiones —principalmente China— que podría beneficiarle una vez que la incertidumbre inicial se disipe, en particular porque las inversiones seguirían llegando al país y se reactivaría la inercia del nearshoring de cara al 2027.

Al respecto, Eduardo Castorena, Socio de Comercio Exterior y Aduanas en Deloitte, analizó la situación en entrevista con Excélsior: “La política arancelaria va en función de hacer una transformación significativa y muy enfocada al proteccionismo bajo la justificación de corregir su déficit estructural en materia económica, así como para garantizar, entre comillas, la seguridad nacional”.

Sin embargo, el experto reconoció que dicho desgaste de Estados Unidos se debe “más bien a una dependencia total hacia la cadena de suministros de diferentes países, lo cual ha marcado un déficit comercial importante. En donde reciben mucha más importación de lo que realmente exportan y eso, digamos que es parte de la justificación, no quiere decir que sea la única razón, sino más bien el contexto del capitalismo actual que existe en Estados Unidos”.

Previo al anuncio de las medidas arancelarias, comentó el especialista, se consideraba un pronóstico del crecimiento del PIB en México de 0.62% para 2025, pero con la actual situación se estima un alza anual del PIB de 0.24%, por lo que la pérdida respecto al escenario sin aranceles es de 0.4 puntos porcentuales en 2025. Ahora, bajo la perspectiva del 2025 hacia 2030, nuestro país presentaría una ganancia acumulada de casi 0.5 puntos porcentuales con respecto al escenario sin aranceles.

A decir del contexto, Eduardo Castorena vislumbra que “la actual guerra comercial entre Estados Unidos y China representa una oportunidad estratégica para México”, al permitirle fortalecer su posición como socio comercial clave del mercado estadounidense. Un escenario que abre la puerta para atraer inversión extranjera, especialmente de empresas chinas que busquen relocalizarse en territorio mexicano bajo el modelo de nearshoring.

Con esta lógica, Estados Unidos aparece en el escenario como la economía que tendría mayores afectaciones, ya que entre 2025 y 2030 enfrentaría una pérdida neta de casi 1 punto porcentual del PIB con especto al escenario sin aranceles, mientras que China tendría un impacto marginal debido a la diversificación de su estructura comercial que le ha permitido disminuir su dependencia del país norteamericano.

De igual forma, la tasa de presión comercial —medida por los aranceles anunciados entre las exportaciones totales— para China es casi 10 veces más, con 37%, que la que enfrenta México, con 4%, colocándolo en una posición favorable respecto a otras regiones, como Japón o Alemania, por ejemplo.

El especialista recordó que el pasado 20 de enero de 2025, el presidente de Estados Unidos firmó un memorándum presidencial sobre política comercial al amparo de la Ley Federal de Poderes de Especiales de Emergencia (IEEPA por su acrónimo en inglés), instruyendo una revisión integral de la balanza comercial del país y la aplicación de aranceles correctivos.

En ese sentido contextualizó que, para efectos de México, “sí se ha llevado a cabo un incremento, principalmente inició con este 25% de productos importados, los cuales fueron aplazados, y posteriormente en marzo de 2025 se llevó a cabo un incremento en estos aranceles principalmente para productos chinos, luego también hubo 25% para el acero y aluminio, que ahora es de un 50%. Y tenemos también los aranceles del 25% para vehículos, que tienen un beneficio para aquellos productos que califiquen como originarios del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) para México”.

Respecto a la revisión del T-MEC, que se llevará a cabo en 2026, mencionó que “esta incertidumbre continúa, sin embargo, me parece que es importante que se lleve a cabo un proceso de revisión constante para aquellos insumos que se utilizan para la producción en México, los cuales pudieran calificar como parte de las reglas de origen específicas y entonces, por tanto, tratar de evitar lo más posible estos aranceles”, puntualizó.

Finalmente, Castorena identificó que la meta sería integrar esa proveeduría al ecosistema industrial nacional, transformando productos en mercancía mexicana para aprovechar beneficios arancelarios. Lo que, a su vez, exige fortalecer la estructura de cumplimiento en reglas de origen, ya que será crucial contar con soporte documental sólido para que los productos califiquen como originarios, toda vez que se espera que se intensifiquen los procedimientos de verificación de origen por parte de la autoridad en Estados Unidos hacia aquellas Compañías mexicanas que hayan emitido un Certificado de origen al amparo del T-MEC, concluyó.

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