Gran indignación provocó en redes sociales la difusión de fotografías de nueve crías de Tigrillo (Leopardus wiedii), calcinados en un cañaveral, en la comunidad El Ojite, municipio de Tempoal de Sánchez, en la Huasteca Alta del estado de Veracruz.
Las imágenes muestran a los cachorros de esta especie «En Peligro de Extinción», reducidos a cenizas, luego de que jornaleros prendieron fuego al cultivo de caña de azúcar, para facilitar la recolección de la cosecha, conocida como zafra.
La quema de la caña de azúcar se acostumbra para supuestamente facilitar el corte a los trabajadores, ya que las hojas verdes tienen unas espinas llamadas afate que lastiman la piel y dificultan las labores.
Este método tradicional de recolección de cosecha, para llevar el producto a los ingenios azucareros, impacta severamente al medio ambiente, por los gases tóxicos que emiten a la atmósfera, y por los daños que provoca a la biodiversidad, porque arrasa con flora y fauna a su paso.
A pesar de que la información comenzó a difundirse desde el domingo pasado, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), no ha enviado al personal que tiene en el estado a realizar una visita de inspección, ni porque el Tigrillo es una «especie protegida» enlistada en la Norma Oficial Mexicana 059.
Con los elementos recabados, la autoridad ambiental tendría que abrir un expediente administrativo y presentar una denuncia penal contra quienes resulten responsables.
Reglas para uso del fuego
El 1 de diciembre de 2023, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), y la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), publicaron en el Diario Oficial de la Federación (DOF), la Norma Oficial Mexicana 015, que establece las especificaciones técnicas de métodos de uso del fuego en terrenos de uso agropecuario y colindantes, que actualiza una vieja regulación de 2007.
La NOM-015, establece que la persona interesada en la quema de un terreno, como es el caso de los cañaverales, debe entregar con 15 días de anticipación un aviso al gobierno municipal con copia a la autoridad agraria, que en todo momento debe mantener contacto, asesoría y coordinación con la Sader, la Comisión Nacional Forestal (Conafor), y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
El uso de fuego debe ajustarse a los calendarios establecidos a nivel local, que toman en cuenta «factores como meteorología, calidad del aire, capacidades organizativas, y todas aquellas que sean pertinentes para prevenir incendios forestales».
Algo muy importante es que la persona responsable de la quema, debe realizar una consulta documental y hacer una evaluación previa de las condiciones del terreno mediante recorrido de campo, para confirmar que no existe evidencia que indique la presencia de fauna (madrigueras, excremento, huellas, nidos y otros), lo que obviamente no ocurrió antes de prenderle fuego a la caña de azúcar en la comunidad El Ojite.
Todo sigue igual
Tras la salida en octubre de 2023 de Rodolfo Vilchis Noriega, encargado de despacho de la Subprocuraduría de Recursos Naturales de la Profepa, acusado de acoso sexual y laboral, actos de corrupción y abuso de funciones, organizaciones de la sociedad civil y defensores del medio ambiente, esperaban que la situación mejorara en la institución encargada de velar y proteger a especies de vida silvestre, encabezada por Blanca Alicia Mendoza Vera.
Al paso de cuatro meses, todo sigue igual o peor, a la vista de los resultados de casos emblemáticos como el de la jirafa Benito, que vivía en pésimas condiciones en el Parque Central de Ciudad Juárez, la muerte masiva de delfines en el hábitat de la vaquita marina, la quema de los tigrillos en Veracruz o la tómbola que organizó Profepa para definir la reubicación de la elefanta Annie, víctima de maltrato, preguntándole a los usuarios de redes sociales: «¿A dónde te gustaría que fuera?».
Los responsables directos de atender este tipo de denuncias son: Alfredo Ledesma Rangel, encargado de despacho de la Subprocuraduría de Recursos Naturales y director general de Inspección y Vigilancia Forestal, así como Gerardo Uribe López, director del Área de Inspección y Vigilancia de Vida Silvestre de la Profepa.
