Abogada de profesión, Marina del Pilar ha construido una carrera política meteórica, con tan sólo 36 años se ha convertido en la primera mujer alcaldesa de Mexicali, la ciudad que la vio nacer, y posteriormente, en la primera gobernadora de Baja California, cuya administración se ha orientado en el desarrollo, atrayendo millonarias inversiones, lo que se traduce en creación de empleo. Además de enfocarse en que se alcance la igualdad de género y una vida libre de violencia para las mujeres, materializó una policía que las salvaguarda, así como una institución para defenderlas.
Conjuga política con maternidad; un gobierno con fuerza femenina
Con tan sólo 36 años, Marina del Pilar es la primera gobernadora de Baja California y llegó gestante al poder, lo que no impidió que cumpliera con sus funciones públicas.
Es la primera mujer que gobierna a los bajacalifornianos, una condición que, además, inauguró como alcaldesa de Mexicali, asumiendo en ambos cargos el compromiso de visibilizar las violencias contra las de su género.
A sus 36 años, en el inicio de 2022, Marina del Pilar Ávila Olmeda también protagonizó una experiencia nunca registrada en la vida pública de México: dio a luz a su segundo hijo siendo mandataria estatal.
El nacimiento, en enero pasado, del bebé Diego José, fue seguido por los bajacalifornianos que conocieron del embarazo de la gobernadora electa, la más votada en la historia de la entidad en junio de 2021.
Así que, con el avance de la gestación del segundo hijo de Marina del Pilar, quien rindió protesta en octubre pasado, comenzó a escribirse a nivel nacional el capítulo de las mujeres que ejercen el poder en los más altos niveles de la pirámide, sin renunciar a su derecho a la reproducción y a la maternidad temprana, una etapa que tradicionalmente saca a las políticas de la escena pública.
Ella, sin embargo, nunca pidió licencia e informó a sus gobernados que haría home office.
“Seguiremos despachando desde casa, con eventos vía Zoom y sólo vamos a bajarle a la agenda de eventos públicos”, detalló en la última conferencia del año pasado, en la que respondió las preguntas de los nombres probables de su futuro hijo y del lugar donde nacería.
Y es que la gobernadora continuó en sus labores durante el embarazo e incluso encabezó un acto de promoción turística el viernes 14 de enero, horas antes del parto natural en un hospital de Brawley, California, a 55 kilómetros de Mexicali.
GOBERNAR Y AMAMANTAR
Con una permanente comunicación en redes sociales que da cuenta tanto de sus actividades de mandataria como personales y familiares, Marina del Pilar informó el domingo siguiente que ya estaba en casa con su hijo y su esposo, Carlos Torres, exdirigente juvenil del PAN, con quien se casó siendo alcaldesa electa en septiembre de 2019.
Una semana después del alumbramiento, el 21 de enero, regresó a sus oficinas y, con una foto que así lo consignaba, contó: “Hoy Diego José me acompañó por primera vez a trabajar a la oficina. Ya vamos de salida, les mandamos mucho cariño y muchas gracias por sus bonitos deseos ¡Feliz viernes a todas y todos!”.
Se trató del primer caso en México de una gobernadora embarazada y que tiene un hijo durante su mandato, reivindicando su condición y la capacidad de cumplir, simultáneamente, las funciones públicas y gestantes.
Porque Marina del Pilar nunca ocultó que a su toma de posesión “voy a llegar con la barriga crecidita” y después demostraría que, como millones de mujeres hoy en México, “podemos hacer muchas cosas a la vez: madres, gobernadoras, empresarias, trabajar en la maquiladora, porque estamos hechas para eso”.
Ante el cuestionamiento de si son mayores los desafíos de las mujeres gobernantes con respecto a los gobernantes varones, indicó:
«Es una enorme responsabilidad gobernar con el ejemplo y con el compromiso de qué las mujeres podemos hacerlo bien, con sensibilidad y eficacia».
«Queremos establecer las bases de una nueva forma de hacer gobierno en donde la perspectiva de género es importante y en la que el trabajo entre hombres y mujeres debe de garantizar un piso firme».
DE FUERZA ROSA AL ESCUADRÓN VIOLETA
La defensa que, con el ejemplo, hizo la gobernadora Ávila Olmeda de su derecho a la maternidad no es un asunto aislado del proyecto que en favor de la igualdad de género viene desplegando desde 2019, en su gestión municipal en Mexicali, poniendo énfasis en programas que atiendan y prevengan la violencia psicológica, emocional, económica, física y cultural que afrontan niñas, jóvenes y mujeres.
Abogada como sus padres, Marina del Pilar ha tenido una carrera política meteórica que inicia en 2016, cuando buscó ser diputada local por Morena.
Aunque perdió en una Baja California donde el PAN todavía era hegemónico, resultó entonces ser la candidata más votada de su partido, hecho recompensado con la Secretaría Técnica de la bancada estatal.
Licenciada en Derecho por el Centro de Enseñanza Técnica y Superior (CETYS Universidad) y con estudios de maestría en el Tecnológico de Monterrey y en la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), Ávila Olmeda laboró en el Poder Judicial de la Federación y en el Programa de Posgrado de Derecho de la UABC.
En 2018 fue electa diputada federal. Un año después, compitió por la alcaldía de Mexicali, donde puso en marcha el programa Fuerza Rosa que, a nivel estatal, se transformaría en lo que ahora se denomina el Escuadrón Violeta, un cuerpo policiaco especializado en prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer.
Fundó el Instituto Municipal de las Mujeres, del que carecía la localidad, e hizo énfasis en que el empoderamiento económico es fundamental, por lo que cultivó alianzas con los sectores industrial y empresarial para ampliar las oportunidades de ingreso de las chicanillas.
