Feminista por siempre

CIUDAD DE MÉXICO.- Ha sido testigo de pérdidas, tuvo un hijo, ha creado músi­ca pero sin voltear al pasado, sólo con su estilo clásico, el de Cat Power: desnudándose con la música.

Esta cantautora, más incli­nada al folk e indie rock que al punk aunque éste sea una presencia importante en su trabajo, dice que no le que­da otra opción, “tengo que ser feminista para siempre”, pues está criando a su hijo, “un hombre, que en un futuro se convertirá en parte del sec­tor masculino que domina la sociedad”.

Hay que recordar que Cat Power se desarrolló en el contexto del movimiento Riot Grrrl, que cobró relevancia desde Washington en los años 90. Grupos de rock repre­sentando un feminismo que abogó por la igualdad ante el hombre y luchó contra el abu­so, acoso y el patriarcado. L7, Le Tigre, Bikini Kill y Sleater- Kinney son una parte de la tercera ola de ese feminismo.

Algo totalmente diferen­te al movimiento feminista de la cultura pop represen­tado, al final de esa década, por las británicas de Spice Girls. Creadas para compe­tir contra el sexo opuesto en el plano comercial, musical, fashionista y, supuestamente, ideológico.

Sin embargo, su femi­nismo estuvo destinado a la muerte pronta. En 1996, Geri Halliwell, integrante del gru­po, expresó que las Spice Girls simpatizaban con la polémica exprimer Ministro de Ingla­terra, Margaret Thatcher, la mujer que lideraba los ideales conservadores, racistas y cla­sistas de Reino Unido.

Charlyn Marie Chan Mar­shall, su nombre real, es una mujer que creció con padres divorciados, sin la intención de terminar la escuela ni de permanecer en su ciudad na­tal de Atlanta.

Su carrera comenzó en 1995 con el álbum Dear Sir, seguido de Myra Lee y What Would the Community Think (1996) y Moon Pix (1998).

A través de su trabajo cons­truyó una imagen feminista sin doctrinas, proponiendo a una mujer fuerte, pero vulne­rable ante el paso del tiempo, en constante aprendizaje, con el amor y la educación para sustituir la violenta reacción.

A punto de volver a la Ciu­dad de México como par­te de la quinta edición del Women’s Weekend Citiba­namex y para encabezar el cartel del Grrrl Noise, que se realizará el 3 de marzo en el Auditorio Blackberry, la cantante de 46 años narra en cuánto ha cambia­do su percepción del feminis­mo ahora que es madre de un niño que cría en un nueva ola de ese movimiento.

“Lo que nunca intenté es que el feminismo sobreviviera al mundo”, arranca vía telefó­nica, “ahora me he vuelto más mujer, más cómoda con mi cuerpo, sexualidad, voz, per­sonalidad y mi vida. Eso lo al­cancé con el mismo viaje y las cicatrices de la vida. Así que mi concepto no podría cam­biar sin las experiencias.

“Ahora no tengo opción, tengo que ser feminista para siempre, en la forma que es­toy criando a un hombre, que en un futuro se convertirá en parte del sector masculino que domina la sociedad.

“Creo que como mujeres, ahora tenemos la obligación de mostrar un feminismo que inculque a ser hombres que pidan por los mismos dere­chos, que nos vean con las mismas oportunidades y di­gan: ‘mujeres y hombres do­minan el mundo’”, señala.

Del otro lado de la línea, se oye cómo Chan besuquea a su pequeño. Juega con él, le hace sonidos y lo entretiene mien­tras termina sus llamadas.

Reafirma su compromi­so con un nuevo ser humano en su vida y agrega que las in­justicias contra la mujer sólo han evolucionado en lugar de disminuir.

“El problema de antes, me parece, es que a las mujeres se nos veía como un objeto. No un ser humano sino como algo que puedes manejar a placer y desecharlo. Ahora, el conflicto ha tomado un nivel cien por ciento sexual. Acoso y abuso. Es ir directo”, dijo res­pecto a la protesta de los co­lectivos #MeToo y #TimesUp.

Y, directamente, destacó la importancia de educar a las nuevas generaciones y hacer que los festivales femeninos se vean como algo natural y no resaltarlo cada que ocu­rren, como el que en unos días se realizará en la CDMX.

“Es importante para los chicos participar en ellos. Po­der alzar la voz en busca de la equidad. En todo el mun­do, un festival de mujeres es un gran mensaje para todos, sobre todo para que nuestras abuelas vean cómo hemos cambiado, que vean que la lu­cha ha valido la pena.

“Sin embargo, en este mo­mento nosotros no tendría­mos que estar sorprendidos por ver ‘un festival de muje­res’, debería ser algo normal”, expresa.

Para el 3 de marzo, la can­tante se encontrará en la Ciu­dad de México con Warpaint y Best Coast, y desea que sea una noche especial por­que forma parte de su nueva etapa.

En septiembre saldrá su nuevo disco. En absoluto es la continuación de Sun, que lan­zó en 2012 como su más re­ciente producción. Se trata de un nuevo camino, de involu­crar lo que hizo famosa a Cat Power: el contar su historia y mostrarse honesta, la fórmula que en 2006 la hizo convertir­se en musa del director creati­vo de Chanel, Karl Lagerfeld.

Su ausencia de seis años ha sido obligada por los proble­mas de salud que padece.

“Mi sistema inmune está algo deteriorado por el angio­edema (hinchazón de piel y tejidos mucosos), pasa que me enfermo y no puedo respirar. De hecho, en febrero de hace dos años la pasé muchas ve­ces en un hospital. Necesitaba cuidar de mi salud urgente­mente, reagruparme con mi cuerpo porque me convertí en mamá.

“En ese momento, junto con gente de Missouri, Berlín y Atlanta estuvimos desarro­llando un movimiento anti­gubernamental, de expresión artística, pero tuve que tomar una decisión: morir o echar a andar un grupo en pro de la humanidad. Recé al univer­so para que me entendieran. Escogí mi vida y a mi hijo”, revela.

No es el único episodio trágico en la vida de Chan. En 2003, The New Yorker relató que durante un concierto se puso a platicar, ebria, con el bebé de alguno de su amigos y confesando cosas confusas. Tres años después sufrió un episodio sicótico que le pro­vocaban ideas suicidas.

Perdió a un novio por so­bredosis, otro le rompió el corazón y terminó con el ac­tor Giovanni Ribisi dos meses antes de lanzar Sun. Días des­pués del lanzamiento del dis­co fue hospitalizada y estuvo a punto de morir. La cantautora estadunidense Patti Smith le salvó la vida con un consejo.

“Es por eso que el nuevo disco no será como Sun. He tenido dos años y medio de descanso en los que me he te­nido a mí misma y a mi hijo, he visto cómo la vida del ser humano atraviesa pérdidas, y puede concebir y crear. No quiero regresar al pasado, quizá sólo al estilo clásico de Cat Power: desnudarme con la música”, cuenta.

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