Por Carlos Jesús Rodríguez Rodríguez
*Urge flamante líder del PRI
*Panuco: tierra de la traición
*Pepe y Héctor por acuerdos
YA DIERON el primer paso: aparecer juntos en un evento de la unidad, precisamente, en la tierra de los principales traidores del PRI, a quien ese instituto les dio todo y, sin embargo, en aras de salvarse decidieron cambiarse de partido para evitar ser investigados y llevados a prisión, aunque no basta que José Francisco y Héctor Yunes aparezcan juntos en Pánuco para atajar las versiones de un ficticio rompimiento por la postulación del PRI a la Gubernatura del Estado. Es necesario que ambos oxigenen a ese instituto, le den movilidad y representatividad en el Estado, y para ello es urgente que lleguen a un acuerdo para remover al pasivo Renato Alarcón Guevara, un buen burócrata pero pésimo líder, como ha quedado de manifiesto en la pasada elección municipal, que si bien influyó en la derrota el caso Javier Duarte y su extremada corrupción, lo cierto es que el “tricolor” no ha sabido ser oposición contestataria, valiente, arrojada, capaz de contrarrestar los embates y críticas recibidas. No hay quien le recite al actual Gobierno las fallas cometidas en materia de combate a la inseguridad; tampoco quien replique las elevadas tasas de desempleo producto del despido masivo de burócratas, ni quien defienda a empresarios, comerciantes y prestadores de servicio por los adeudos que arrastran y que el gobierno en turno se niega a liquidarles. Nadie dice nada ante el desalojo violento de campesinos, colonos, profesores u organizaciones que protestan legítimamente, y qué decir de alcaldes a quienes ya pusieron el dedo para someterlos durante los comicios o de integrantes de la sociedad a quienes llevaron a prisión por dizque, pretender lucrar con despensas, si lo hicieron miembros de la organización civil Yúnete, al servicio de la familia en el poder.
EL PRI, tácitamente, no existe en territorio veracruzano, y no es culpa de los priistas sino de quienes dirigen a ese partido. Es como un pollo que todavía puede correr algunos segundos si le cortan la cabeza, pero esto debido a que una red neuronal en su columna vertebral está preprogramada para controlar los músculos en movimientos de uso frecuente, aunque finalmente sucumbirá, y eso deberían entenderlo Pepe y Héctor (Héctor y Pepe). El Revolucionario Institucional necesita una sacudida; no hay quien salga a defenderlo porque sus dirigentes tienen miedo, creen tener cola que les pisen, y por ello prefieren el silencio cómplice a tornarse contestatarios, aunque no se trata de imponer caprichos sino a personas con talento, experiencia probada y amor a la camiseta. El PRI puede revivir, pero se requiere voluntad política para asumir decisiones.
SI HECTOR y Pepe ya dieron la cara en Pánuco para mostrar que van unidos –y parar la división que existe entre sus propios equipos que no consienten ser pepistas si son hectoristas y viceversa-, ahora lo importante es mantener ese ritmo; ponerse de acuerdo para nombrar a un dirigente que no le sirva a ellos sino a la verdadera unidad del priismo, y por supuesto que hay talentos de donde echar mano, pero debe contar con la venia de los únicos personajes más representativos del “tricolor” en la Entidad como son los Senadores, ya que en el caso de los diputados Federales la mayoría están contaminados de duartismo, y la prueba más fehaciente ha sido el nombramiento de Lilian Zepahua como Secretaria General Provisional, el cual ha sido impugnado por las féminas que argumentan que lleva el sello personal de Jorge Carvallo Delfín, uno de los protegidos de la actual administración Estatal pese a haber sido gente cercana al ex Gobernador Javier Duarte.
LO IDEAL sería que a la par del nombramiento de un nuevo Presidente del PRI Estatal, los Senadores definieran quien será el candidato de ese partido a la Gubernatura para terminar con el choque interno entre pepistas y hectoristas que tanto daño está causando al “tricolor”. No hacerlo será como seguir escarbando entre dos mosaicos que, en realidad, deberían estar unidos indivisiblemente. Pepe y Héctor lo externaron el sábado en la huasteca veracruzana, en la tierra del maíz y del huapango, en los límites con el estado de Tamaulipas, allí donde la familia García Guzmán-Escalante traicionó por conveniencia al PRI para aliarse con el panismo que antes los detestaba y les llamaba “tapaderas de Duarte”. Pudieron demostrar que es posible un evento de unidad priista, y emprender con ello una cruzada por todo el Estado para construir juntos la alternativa política por un mejor futuro para Veracruz. En el auditorio de la Sección 116 del Sindicato Nacional Azucarero, el de Soledad de Doblado convocó a los priistas a salir “nuevamente a dar la cara, nosotros los que la tenemos limpia” y lanzó una indirecta muy directa a Los García Guzmán-Escalante: “que se escondan los que tienen la cara sucia, los temerosos, los cobardes o los que andan negociando con el Gobernador el precio de la impunidad”, y en ese sentido, junto con su homólogo, José Francisco Yunes Zorrilla, se comprometió a acompañar a los priistas para, “políticamente, partirle la madre a los que tengamos que enfrentar a su lado”.
DEJÓ EN claro que en Pánuco “se ha vuelto leyenda urbana que el PRI está fracturado, y que de plano, ya nos comieron el mandado, y lo que estamos viendo es totalmente lo contrario; aquí, entre ustedes se respira unidad, esa que cuando se tiene se gana, y que cuando se ausenta, viene la derrota; aquí se transpira lealtad, esa que sólo traemos en nuestro ADN los bien nacidos; aquí huele a congruencia, donde los chimoltrufios de la política están vetados. Aquí en la huasteca no hay perros que maúllen, ni gatos que ladren, aquí lo que vemos es, ciertamente, coraje e impotencia pero, al mismo tiempo la determinación de ir nuevamente a la batalla y regresar victoriosos”.
PERO INSISTIMOS: el triunfo solo será posible si en aras de la unidad exigen a la dirigencia nacional que les permita nombrar un nuevo dirigente Estatal que llene las expectativas del priismo que sigue siendo leal, que no ha sido tocado por la mano del poder, pues de lo contrario, aunque enarbolen el discurso expresado en Pánuco, si no hay dirección que los lleve a buen puerto, cualquier esfuerzo será inútil. Pepe y Héctor son acusados de no haber denunciado en tiempo y forma las tropelías de Javier Duarte, y permitir que duartistas sigan imponiendo a su gente en puestos claves del “tricolor” como ocurrió con Carvallo-Zepahua, las consecuencias serán lamentables. Al tiempo. OPINA carjesus30@hotmail.com
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